Con Máximo comencé a aprender que el teatro era algo más de lo que suponía. Aprendí que más que recitar, declamar e interpretar, es un modo de estar en el mundo. Encontré que era necesario tomarme el juego tan en serio como sólo los niños pueden hacerlo, y seguir jugando más allá del margen de las horas de clase. Entendí que hacer teatro no es disfrazarse, sino despojarse de artificios y poses y mostrarse cómo uno viene al mundo. No fue tan difícil atreverse a exponerse y a cometer errores, porque la mirada, aunque crítica, también fue benévola.
Susana Fernandez,alumna de entrenamiento actoral grupal de 2003 a 2005.
Hicimos mucha improvisación que siempre venía seguida de reflexiones teóricas. Con Máximo aprendí la capacidad de escucha que es fundamental en escena para lograr la acción-reacción indispensable en todo conflicto escénico (y el teatro es,ante todo,conflicto).
Sole López,alumna de entrenamiento actoral grupal de 2003 a 2005.
Descubrí el gusto por el teatro, me volví adicto a la actuación, a escuchar, a estar atento a mi alrededor, en el escenario y en la calle, al teatro que se representa en un vagón de metro todas las mañanas o en una reunión de vecinos, a observar gestos, poses, reacciones, porque todo se convierte en interesante, en importante. Y adicto a dejar que las cosas pasen, a no anticipar, a descubrir los asideros que tienes delante, que te ofrece el compañero, a escucharlo y respetarlo. A no ser tu enemigo en escena, a hacer teatro veraz, orgánico, o a intentarlo. A leer la partitura de la escena, a extraerle el ritmo.
A la importancia del proceso, del aprendizaje sin atajos, honesto, sin concesiones a la galería, construyendo poco a poco, sin prisa, siempre sumando. A entregarme, porque Máximo se entrega en todo lo que hace, te rebusca dentro sin complacencia, pero con nervio,paciencia y ganas,viendo siempre tanto lo que funciona como lo que es "caca de la vaca". Y ahí sigo, con mi adicción. Gracias, Máximo.
Luis Pradilla,alumno de entrenamiento actoral grupal de 2003 a 2005.
Las clases han sido amenas,claras,con muchisima energia y al finalizarlas te quedabas con la sensación de querer volver.La puntuacion es alta, no podria poner otra, pues he aprendido muchisimo de ellas y ha sido el mejor dinero invertido.La paciencia es otro de los puntos fuertes de Máximo,que ayuda, entre otras cosas, a que la conexión con el alumno sea tan buena y este se sienta comodo en su aprendizaje.
Amaranta Garcia,alumna de coaching individual 2009.
Susana Fernandez,alumna de entrenamiento actoral grupal de 2003 a 2005.
Hicimos mucha improvisación que siempre venía seguida de reflexiones teóricas. Con Máximo aprendí la capacidad de escucha que es fundamental en escena para lograr la acción-reacción indispensable en todo conflicto escénico (y el teatro es,ante todo,conflicto).
Sole López,alumna de entrenamiento actoral grupal de 2003 a 2005.
Descubrí el gusto por el teatro, me volví adicto a la actuación, a escuchar, a estar atento a mi alrededor, en el escenario y en la calle, al teatro que se representa en un vagón de metro todas las mañanas o en una reunión de vecinos, a observar gestos, poses, reacciones, porque todo se convierte en interesante, en importante. Y adicto a dejar que las cosas pasen, a no anticipar, a descubrir los asideros que tienes delante, que te ofrece el compañero, a escucharlo y respetarlo. A no ser tu enemigo en escena, a hacer teatro veraz, orgánico, o a intentarlo. A leer la partitura de la escena, a extraerle el ritmo.
A la importancia del proceso, del aprendizaje sin atajos, honesto, sin concesiones a la galería, construyendo poco a poco, sin prisa, siempre sumando. A entregarme, porque Máximo se entrega en todo lo que hace, te rebusca dentro sin complacencia, pero con nervio,paciencia y ganas,viendo siempre tanto lo que funciona como lo que es "caca de la vaca". Y ahí sigo, con mi adicción. Gracias, Máximo.
Luis Pradilla,alumno de entrenamiento actoral grupal de 2003 a 2005.
Las clases han sido amenas,claras,con muchisima energia y al finalizarlas te quedabas con la sensación de querer volver.La puntuacion es alta, no podria poner otra, pues he aprendido muchisimo de ellas y ha sido el mejor dinero invertido.La paciencia es otro de los puntos fuertes de Máximo,que ayuda, entre otras cosas, a que la conexión con el alumno sea tan buena y este se sienta comodo en su aprendizaje.
Amaranta Garcia,alumna de coaching individual 2009.
Hicimos mucha improvisación que siempre venía seguida de reflexiones algo teóricas. Con Máximo aprendí la capacidad de escucha que es fundamental en escena pra lograr la acción-reacción indispensable en todo conflicto escénico.( y el teatro es ,ante todo,conflicto)
ResponderEliminarSole López,alumna de Maximo de 2003 a 2005